jueves, 3 de enero de 2013

¿Otra vez aquí?

Me acuerdo de aquellas noches dando vueltas en mi cama prometiéndome a mi misma que no volvería a sentir mi piel erizada por unas palabras o hechos, y que escribí trescientas veintisiete veces tu nombre en mi cuaderno y a la veintiocho rompí el papel, rindiéndome y lo tiré a la basura. Como mi sonrisa verdadera. Ahí estaba. En el fondo de un cubo olvidada, desamparada y sucia. Al lado de las promesas y de los recuerdos que no quería recuperar. Normalmente la habría rescatado, pero en aquel momento solo quería olvidarla, odiarla, y hacer todo lo posible para sacarla de mis objetivos. Han pasado meses desde esas noches, y esas pesadillas en las que me levantaba llorando y con un sudor frío que recorría cada centímetro de mi cuerpo volviéndolo demasiado vulnerable al pasado. Pero hace poco que decidí ordenar mi habitación y volví a encontrarla debajo de la cama, entre polvo, y cartas nunca enviadas, y me la guardé, haciendo la promesa de solo la usaría con quien realmente lo mereciese. ¿Y sabes? ayer debajo de las mismas sábanas que habían sufrido mi agonía ella se volvió a escapar y se estableció en mis labios, sin previo aviso. Me sobresalté y corrí al espejo donde volví a mirarme, con determinación,como hacia tiempo que no lo hacía y entonces vi a aquella chica que había desaparecido hace meses, con su pelo despeinado, sus ojos miel con un brillo más intenso de lo normal y su sonrisa que hacia sentir bien a cualquiera que la contemplase. Si, por fin había vuelto.

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Recuerdos