domingo, 17 de febrero de 2013

350 km.

Tu olor sigue enredado en mi pelo y yo no paro de acercarme mechones para poder volver a olerlo e imaginarme en la cama contigo y tus brazos rodeándome. Nunca creí que volvería a escribir así, y con escribir me refiero a sentir. Mi cuerpo es éxtasis, sentimientos revolucionados desde el momento en el que me senté en aquel tren con aquel destino que tanto ansiaba; Tú. Creo que nunca he pasado unas dos horas más nerviosas y eternas mirándome en la ventanilla el pelo y diciéndome a mi misma 'Tranquila, todo va a ir bien'. Pero todos esos nervios entremezclados con miedo, alegría y locura se pasaron en cuanto te vi y nos fundimos en aquel abrazo que llevábamos -casi- meses esperando. No sé porque parecía que te conocía de toda la vida y que la vergüenza no encajaba con nosotros mientras íbamos recorriendo calles de una ciudad que apenas recordaba y que contigo de la mano y tu sonrisa de fondo cada vez me parecía más familiar y bonita. También debo confesar que siento esa necesidad irremediable de verte y de comerte la vida con dulzura, de que me vuelvas a coger en brazos mientras yo te chillo que me bajes y el mar suena de fondo.Quiero volver a tenerte a menos de dos milímetros de mi mientras pienso que quizás todo esto sea un sueño y que dentro de poco despertaré aunque el fondo si es a tu lado, no quiero volver a despertar nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerdos